Volvemos a esa época en la que
intentas conciliar el sueño como una desesperada y de repente una idea
brillante aparece en tu cabeza. Boooom.
¿Creatividad? Siempre me habían dicho que es como un chispazo. Mentira, eso es
quedarse corto. Es pura electricidad corriendo por las venas. ¡Guuuau! Ya
estaba tardando, hacía tiempo que la muy simpática no me hacía una visita. Al
menos no en estas condiciones. Y mira que hemos tenido varios encuentros, en
situaciones muy dispares y a unas horas en las que obligarte a levantarte de la
cama para ir en busca de papel y boli es un auténtico sacrilegio. Pero así es
ella. Imprevisible. Después de tantas idas y venidas ya he aceptado que va a su
aire y que casi aparece cuando menos se la espera. Sobre todo si no se la
espera (ni busca).
Hace tiempo bauticé nuestras
citas esporádicas como ‘divagaciones mentales transitorias’. Aunque el término
no es del todo acertado, de transitorias tienen poco que ya llevamos unos años
y aunque el subidón solo dura unos minutos el colocón permanece durante días. Incluso
diría que siempre queda un poquito de él en tu interior.
-¿Ah, entonces los efectos son de por vida? Claro, ahora se explica su estado.
-¿Ah, entonces los efectos son de por vida? Claro, ahora se explica su estado.
Poh sí. Así estamos. Tampoco es
malo. Siempre he creído que hay que estar un poco loco para crear algo decente.
O eso o te das a las drogas. Na, la locura natural es mucho más sana (y
barata). El camino a seguir está claro, las ideas ordenadas y el destino
fijado. Al menos durante los próximos seis meses. Ahora solo falta la
colaboración de uno de los factores principales. ¿Las ganas? No, coño. ¡Eso ya
lo tengo! Me falta él. Siempre él: EL TIEMPO.
Maldito. Puto. Bastardo. Joder!
JUUUUUULIO. Ven de una vez que
las ideas tienes que salir ya de mi cerebro.
Es curioso. Pensé que se
marcharía tras escribir estas líneas, pero no, sigue ahí haciendo ding dong en mi interior e impidiéndome
dormir: ¡ÉXTASIS!
Tengo el corazón a mil, son la 2:00
am. En cinco horas y media tengo que estar en pie y mi cuerpo no lleva idea de
calmarse. Lo sé bien, hace 21 años que nos conocemos y van a hacer tres desde
que empecé a entenderlo. A veces no comprendo algunos de sus caprichos, o
manías, no sé muy bien cómo llamarlo. Pero no pasa nada, hay tiempo para todo.
Ya lo dice el gran Pepe Mujica: “Se puede arrancar y empezar de nuevo, una y
mil veces”. Pues eso, que siempre hay tiempo para iniciar nuevas etapas. Y
proyectos. Si la vida te jode un plan,
haces otro. Y así todo. Y a vivir!
'Tiempo'. Qué compleja es la
palabra: Tiempo. Dale tiempo. Tiempo al
tiempo. Solo el tiempo dirá… ¡Qué sabio el que invento ese concepto!
Creo que me he vaciado por
dentro. Sí, tiene que ser eso porque de repente me ha entrado muchísimo sueño. Buenas noches.
Como echaba de menos estos
momentos. A veces me pregunto cómo lo hago. La verdad es que no lo sé… Será
cosa de las divagaciones transitorias, supongo…